lunes, 2 de mayo de 2016

¿Por qué los ojos de los renos son dorados en verano y azules en invierno?



En estas fechas navideñas, días después de que Santa y sus renos hayan visitado a vuestros pequeños, acabo de descubrir una cosa muy interesante sobre estos nórdicos cuadrúpedos. Puede que lo de que a Rudolph se le ilumine la nariz cuando encabeza el tiro del trineo cargado de regalos sea un mito, pero… ¿sabías que los renos tienen los ojos dorados cuando los días en Laponia son luminosos, y que estos se vuelven azules cuando llegan las largas noches? .

Sería precioso achacar este asombroso cambio a la magia de la navidad, pero va a ser que no. Según he podido leer en un estudio publicado a comienzos de año en elProceedings of the Royal Society B, este cambio de color se da en el tepetum lucidum, que es una capa de tejido situada en la parte posterior del ojo de los renos (y de otros muchos animales vertebrados).

Esta capa refleja la luz visible hacia atrás, justo hacia la retina del cérvido. De hecho, este fenómeno se ve también en los ojos de los gatos y los perros cuando al hacerse de noche, parecen brillar en la oscuridad. En los días de verano, el tejido ocular de los renos se “pinta” de oro, que es el color común para los ungulados. Pero luego, cuando llega la oscuridad de las largas noches de invierno, el tono de los ojos se vuelve azul para capturar el máximo de luz posible aumentando su reflexión. Sin embargo este cambio tiene también su inconveniente. La agudeza visual de los renos se reduce, y en la noche apenas distinguen formas borrosas. Eso si, cuando al otro lado del bosque puede haber una manada de lobos hambrientos, el cambio de no ver nada en absoluto a ver las cosas con poca claridad puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.