lunes, 11 de abril de 2016

El ritmo de las ondas en la corteza cerebral, clave para comprender el síndrome de Down



La actividad cerebral se rige por un equilibrio minucioso entre excitación e inhibición neuronal.Para ciertas funciones, la red neuronal necesita estar sincronizada y ello produce oscilaciones de alta frecuencia que permiten el correcto procesamiento de la información y la ejecución de

En una investigación se descubren alteraciones en el ritmo y la sincronización de la corteza cerebral en un modelo de ratón para un gen candidato del síndrome de Down. Dichas alteraciones se han relacionado con problemas en funciones tan importantes como la toma decisiones, la impulsividad, la memoria de trabajo o la atención.

Mediante experimentos con modelos animales que sobreexpresan el gen candidato se demostró que el exceso de este gen provoca cambios muy sutiles en el equilibrio excitación/inhibición y éstos llevan a una reducción notable de la actividad y sincronización de las neuronas excitadoras en la corteza prefrontal. Es decir, que cuando este gen se encuentra sobreexpresado, reduce el nivel de descarga de las neuronas y altera el ritmo en las ondas de alta frecuencia de la corteza cerebral.

El estudio ha combinado experimentos de electrofisiología e histología con un modelo computacional que emula el circuito neuronal de la corteza cerebral de forma virtual. Gracias al modelo computacional se ha podido comprender todo el engranaje y realizar predicciones sobre el funcionamiento de la corteza cerebral en esta patología y sobre la evaluación del impacto en la función cognitiva de las alteraciones detectadas.

https://portal.upf.edu/es/web/e-noticies/recerca_upf/-/asset_publisher/8EYbnGNU3js6/content/id/3830645/maximized#.VwvbMvl_t2Y

Diana Sánchez Millán - 1ºA BACH

Cuatro grupos de investigación se unen contra una enfermedad rara


Un equipo de científicos del CSIC se coordina para investigar en temas relacionados con la atrofia muscular espinal




Hasta cuatro grupos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas  están trabajando en temas relacionados con la atrofia muscular espinal, una enfermedad rara, como esta atrofia, afectan a tan poca gente (en España, 1.500 familias) que estudiarlas no suele ser una prioridad.

Esta enfermedad tiene varios grados de afectación, uno de ellos causa la falta de un gen que codifica una proteína que alimenta las neuronas motoras, el resultado es “una pérdida progresiva de fuerza y la aparición de movimientos involuntarios”. El impacto de la mutación es tan determinante que incluso se ve que el feto no se mueve o se mueve menos en el feto. Lo único que no se altera son las capacidades intelectuales.

El Centro de Automática y Robótica está trabajando en un exoesqueleto (una prótesis completa que se pone sobre la pierna y ayuda a moverlas) que podría ser una ayuda a los afectados.Esa sanación a la que todos los padres de afectados aspiran está aún lejana. Lo más próximo es un ensayo internacional de un fármaco. Un paso que “será una ayuda, pero no es definitivo”.

http://elpais.com/elpais/2015/12/10/ciencia/1449764907_080576.html?rel=mas

Diana Sánchez Millán - 1ºA BACH






El virus que libró a un niño del cáncer mejora para nuevos pacientes


Médicos y científicos de varios centros españoles desarrollan un tratamiento contra tumores infantiles que usa patógenos escondidos dentro de células del propio paciente




El cáncer infantil es uno de los frentes más abandonados en la guerra contra el cáncer. Por un lado, es poco común, especialmente los tumores sólidos, considerados enfermedades raras, así que a las compañías farmacéuticas no les resulta rentable desarrollar medicamentos específicos. Por otro, los fármacos existentes se han desarrollado para adultos, con lo que pueden causar efectos secundarios graves en los pacientes más jóvenes y dejarles problemas de salud de por vida.

En los últimos 20 años apenas se han creado dos fármacos específicos contra cáncer infantil, el arsenal ante estas enfermedades es muy limitado. Manuel Ramírez (pediatra del Hospital Niño Jesús) fue uno de los médicos que en octubre de 2005 comenzaron a aplicar ese nuevo tratamiento experimental con el que intentaron engañar al sistema inmune del paciente para conseguir curar neuroblastomas que no habían respondido a ninguno de los tratamientos convencionales.

La técnica consistía en extraer células mesenquimales de la médula ósea de los niños, infectarlas con el virus anticáncer en el laboratorio e inyectarlas después al torrente sanguíneo, es decir, usarlas como caballo de Troya. Estas células saben encontrar el tumor y las metástasis allí donde estén y liberan al llegar una “explosión” de virus oncolítico.

http://elpais.com/elpais/2016/04/05/ciencia/1459871683_607760.html

Diana Sánchez Millán - 1ºA BACH