viernes, 1 de abril de 2016

WILLIAM BUCKLAND: El científico que se lo comía todo


No hay nada como usar el paladar para averiguar detalles acerca de lo que tenemos delante . Y esa idea la llevo hasta su máxima expresión el 1ºOcupante de la Cátedra zoológica en Oxford, William Buckland  (1784-1856)


Junto a su hijo Francis, tambien zoólogo, William empezó a comer cualquier animal que se cruzara por su camino siempre con la curiosidad científica. Francis incluso llego a un acuerdo con el zoológico de Londres de recibir una pieza de cualquier cosa que muriese allí. Vamos que los Buckland ni alterarían el gesto si en un restaurante chino les sirven perro. U hormigas

William Buckland tras su larga experiencia comiendo de todo, no tubo dudas acerca del plato que le había resultado mas desagradable . Tomad nota: asado de topo. Sin embargo tras probar los moscardones guisados el asado de topo quedo en 2º puesto en el TopEccs de Buckland.

Pero Buckland no solo se contentaba con zamparse animales, tambien comia otras cosas bastantes asquerosas. Por ejemplo, cuando el arzobispo de York le mostró una caja de rapé que contenía el corazón embalsamado de Luis XVI que había comprado en París en la época de la Revolución, Buckland admitió que nunca había comido el corazón de un rey ¿Os imaginais que hizo entonces? Bingo habeis acertado.

William Gratzer cuenta otra anécdota acerca de la voracidad científica de los Buckland en su libro Eurekas y Euforias:
 Les mostraron una mancha en el suelo de una iglesia en el lugar donde un santo había sido martirizado cada mañana, les dijeron, la sangre fresca se renovaba milagrosamente. Inmediatamente, William se arrodillo en el suelo y aplico su lengua a la mancha húmeda. No es sangre informo a sus anfitriones. El sabía exactamente lo que era: nada mas que orina de murciélago.
El hombre de la derecha es Francis el hijo de los Buckland y el de la izquierda el famoso William Buckland.
 Irene Piqueras Alonso 1ºBACH D

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