Es el colmo de las enfermedades raras: como son las que afectan a muy pocas personas, no interesan económicamente a los laboratorios, que deben invertir lo mismo que encontrarles un tratamiento que para una dolencia que afectara a millones de personas; como son tan poco frecuentes, a los médicos les cuesta detectarlas. Y, cuando ya está identificada y hay una farmáceutica que prepara un tratamiento, es díficil reunir a los voluntarios que deben participar en los ensayos. Es la paradoja en que se encuentran ahora mismo los afectados por liposarcoma, un cáncer muy poco habitual de la grasa (unos 100 casos al año en España). El Hospital Puerta de Hierro quiere participar en el ensayo de un tratamiento, pero no encuentra a los voluntarios.
bibliografia: http://elpais.com/elpais/2016/03/04/ciencia/1457113605_126009.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario