La enfermedad puede aparecer a cualquier edad y existe un ligero predominio de casos en mujeres (60%).
Se caracteriza por una anemia hemolítica (La anemia hemolítica es una afección en la cual los glóbulos rojos se descomponen más rápido que el cuerpo puede construirlos. En las personas sanas las células rojas de la sangre por lo general viven 90-120 días, lo que significa que alrededor del 1% de los glóbulos rojos mueren cada día.), manifestada generalmente a través de una fatiga y debilidad inusuales con taquicardia y disnea de esfuerzo, y, en algunos casos, ictericia, orina oscura y/o esplenomegalia. La AIHA puede ser primaria (idiopática), secundaria a una infección o asociada a enfermedades como linfomas de células B, otras enfermedades autoinmunes órgano-específicas o sistémicas, enfermedad de Hodgkin, hepatitis o inmunodeficiencias primarias, o, en el caso de la AIHA inducida por medicamentos, causada por una reacción a la toma de medicamentos.
Los principales objetivos de cualquier tratamiento para la anemia hemolítica son para detener o al menos disminuir la destrucción de glóbulos rojos anormales y para aumentar los niveles de glóbulos rojos a niveles más normales. En el caso de anemias hemolíticas autoinmunes es vital para tratar la condición subyacente por ejemplo, en el caso de la leucemia linfocítica crónica o el lupus eritematoso sistémico. Si la anemia es tan severa que amenaza la vida, puede ser necesaria una transfusión de sangre para tratar los síntomas inmediatos.
Tifani Alfonsin Ramírez