El
nombre proviene del ruso y significa cocodrilo probablemente debido a
una derivación del nombre clorocodida y quizás también al aspecto
de piel escamosa que presentan los consumidores. Se utiliza como
alternativa a la heroína, ya que sus precursores son relativamente
fáciles de conseguir, por ejemplo las tabletas de codeína pueden
comprarse sin prescripción; su síntesis resulta sencilla y cuesta
entre tres y cinco veces menos que una dosis de heroína. La
desomorfina fue foco de atención durante el año 2010 en Rusia
debido a que se registró un incremento notable en la producción
clandestina de este compuesto.
Su efecto dura muy poco tiempo.
La
droga puede ser fácilmente elaborada a partir de la codeína
presente en jarabes o tabletas, yodo
y fósforo rojo en
un proceso que resulta similar a la síntesis de metanfetamina a
partir de la pseudoefredina,
sin embargo la desomorfina sintetizada de esta manera es altamente
impura y se encuentra contaminada con productos orgánicos tóxicos y
corrosivos.
Esta
mezcla se inyecta de manera rutinaria prácticamente sin ningún
proceso de purificación, el "krokodil" ha ganado una
terrible popularidad al ser responsable de la producción de
gravísimos daños en los tejidos, flebitis y
gangrena,
requiriendo muchas veces la amputación, infecciones en los huesos,
osteomielitis
en
los huesos de la mandíbula y la cara, llagas y úlceras en la frente
y cráneo, así como necrosis
en
orejas, nariz y labios y problemas en hígado y riñones. El daño en
los tejidos blandos ocurre principalmente alrededor de las zonas
inyectadas debido a la acumulación de la droga. La mezcla también
parece acumularse en las venas, ya que no logra disolverse
completamente en la sangre.
Las
personas que consumen esta droga habitualmente tienen una esperanza
de vida de 2 a 3 años más debido a los graves problemas y daños
que causa su consumo.
Alicia Casterad 1ºA
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