Un ejemplar de la "flor cadáver", una planta de
forma fálica de casi dos metros de alto y que desprende un olor parecido a
carne putrefacta, floreció en un jardín botánico en el sur de Australia. Sus
florecimientos son raros porque la planta es muy difícil de cultivar,
incluso en condiciones óptimas. Y es que solamente unos 80 ejemplares han
florecido en el mundo en los últimos 30 años.
La planta,
que surgió de una semilla donada en 2006, ha crecido un promedio de unos 20
centímetros diarios en las últimas semanas.
Es
originaria de las selvas tropicales de Sumatra, en Indonesia, y está en peligro
debido a la deforestación de los bosques donde crece.
Es
identificable por su enorme espina amarilla y su olor nauseabundo, que sirve
para atraer insectos polinizadores como las moscas que buscan
cadáveres para depositar sus huevos.
Para asegurarse de que su olor se extiende, las flores aumentan el calor
aprovecha la energía que produce por fotosíntesis y, en vez de usarla para
crear alimentos, la libera en forma de calor. La punta de la planta puede
llegar hasta los 37,8ºC y el calor hace que los compuestos
aromáticos sean volátiles y puedan dispersarse más lejos a su alrededor. Este
olor se
puede detectar a 1,6 km de distancia.
Blanca de Miguel Martínez 1ºD
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